¡Pero si los niños no leen!

¿Realmente las niñas y niños ya no leen?, ¿la infancia no busca historias en papel?, ¿la tecnología es la gran culpable? O, por otro lado, ¿son los adultos que los rodean quienes buscamos imponer un hábito que, en varios casos, no cultivamos?, ¿la palabra imposición cabe al hablar de hábito lector?

Estas son algunas preguntas que rondan la cabeza de quienes trabajamos con libros, la palabra y la infancia, una combinación que, hoy en día, parecería utópica.

«¡Pero si los niños no leen!» es una frase que escuchamos a menudo, tanto, que corremos el riesgo de creer que es cierta. Y es ahí cuando aquello que se escucha y se cree resulta peligroso, no solo para la labor de profesores, padres, madres y mediadores, sino para su objetivo: ser un puente entre los libros y su futuro lector.

Entonces, ¿qué hacer ante una avalancha de voces desalentadoras, personificadas estadísticas y medios de comunicación? Un primer paso es asumir que todo ser humano necesita de historias, ya sea que las imagine, las escuche o las cree. Si partimos de ese punto sabremos que los libros y la literatura siempre tendrán una oportunidad en el corazón de un lector en potencia.

Luego, será necesario eliminar prejuicios frente a los «estigmas» que amenazan a la lectura, como la tecnología (el índice de lectores digitales ha crecido en un 40%, entre 2017 y 2019, en toda América Latina, según el V Informe Bookwire.es 2019 del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe – Cerlalc).

Idealmente, deberíamos fijar nuestra atención en aquello que podemos hacer, con las herramientas que tenemos a mano, antes que centrarnos en lo que nos dicen y asumimos como una realidad deprimente y sin salida.

Teresa Colomer, autora, docente e investigadora de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) reconoce que el panorama de los últimos años frente a la lectura en etapa escolar resulta retador, sin embargo, invita a afrontar estos problemas a través de una serie de estrategias que, como adultos que trabajamos por la lectura y la infancia, podemos y debemos hacer.

No dejemos que el pesimismo de una época hiperconectada desanime las prácticas que, hoy más que nunca, nuestros niños, niñas y jóvenes necesitan desarrollar: el gusto por la lectura y el maravilloso camino que nos lleva a ella.


Estrategias para poner en práctica desde casa

*Crear un entorno poblado de obras, tanto físicamente, como con lecturas en voz alta, de manera frecuente.

*Mantener una biblioteca o «rincón de lectura» exclusivo para los libros de tu pequeño o pequeña.

*Seleccionar con cuidado los libros para tus peques (tomar en cuenta sus gustos, aficiones, su personalidad y necesidades, además de su edad o comprensión lectora).

*Propender un momento del día a la lectura (puede ser antes de dormir), sin forzar ni exigir.

*Si ya sabe leer, incentivar la lectura autónoma, paso a paso y respetando el tiempo que le tome.

*Siempre será recomendable una ambiente lector en casa: adultos y niños comparten actividades juntos como buscar libros, leer reseñas, visitar bibliotecas y librerías (físicas o virtuales) y discutir sobre libros y autores.

Carolina Bastidas